Nos
levantamos sin ninguna motivación para hoy, así que primero
llenamos los estómagos a ver si así vemos el día un poco mas
claro, pero tenemos claro que no nos apetece quedarnos otro día.
Vamos a la estación de buses, pero es demasiado tarde para coger un
bus a Bisoftu, que es una ciudad volcánica y que creemos que será
nuestro último destino, pero es demasiado tarde y ya no quedan
buses. En la estación nos informan que podemos coger un bus a Dire
Dawa y des de allí ir a Bisoftu al día siguiente. Sin dudarlo vamos
a la guesthouse hacemos las mochilas, nos reembolsan las noches que
no estaremos y en menos que canta un gallo ya estamos subidos en
nuestro transporte. Solamente 2 horas después estamos en la nueva
ciudad. Por ser día uno en su calendario no tenemos dificultades en
movernos. Como aquí solo tenemos pensado estar de paso antes de
salir de la estacion compramos los billetes hacia Bisoftu para
mañana. La búsqueda de alojamiento nos lleva poco tiempo,
encontramos una guest house agradable alrededor de un jardín, con
una bonita habitación y baño limpísimo y el lugar parece
tranquilo. Una vez liberados de las mochilas nos damos una vuelta por
la ciudad, pero no hay animación y las calles están desiertas, así
que nos instalamos en el hall de un hotel de 4 estrellas y
disfrutamos de su wifi hasta la saciedad.
Para
cenar encontramos un restaurante abierto donde nos tomamos una
bandeja de spaguettis y de camino al hotel empieza la lluvia, lo
justo para que lleguemos mojados.
El
tranquilo hotel que era por la tarde se vuelve un ruidoso karaoke por
la noche, cosa que dificulta nuestro primer sueño. Después de
varias discusiones por el dueño (tenemos un altavoz de metro delante
de la puerta de nuestra habitación), éste se ofrece a devolvernos
el dinero y que nos vayamos. Es de noche y llueve, así que la
alternativa no nos parece nada agradable, por lo que nos tumbamos en
nuestra cama a ver pasar las horas hasta que el sueño se apodera de
nosotros.
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