miércoles, 29 de junio de 2016

24/08/2016 De Dessi a Lalibela

Volvemos a madrugar, pero estamos de suerte y el hombre de la puerta de la estación nos deja pasar antes que todos y dejar las mochilas. Esto nos da tranquilidad y nos aseguramos dos buenos asientos, ya solo nos queda desayunar´, cosa que resulta muy fácil pues en todas las estaciones hay un montón de puestos donde venden una especie de churros caseros y té y esperar que el día de hoy sea tranquilo.
El trayecto hasta Lalibela transcurre sin incidentes y la mitad del recorrido por una carretera de tierra, a veces demasiado inclinado para nuestro gusto, pero suerte que no ha llovido y se circula con normalidad.
Una vez en buen puerto, empezamos el peregrinaje, esta vez yo vuelvo a quedarme con las mochilas mientras la B.M busca alojamiento para unos días, trascurrida mas de una hora vuelve con una propuesta no muy buena, así que intercambiamos los papeles y salgo a la búsqueda de alojamiento... Tras mucho preguntar y caminar encuentro un hotel con electricidad, agua caliente y wifi, todo limpio dentro de nuestro presupuesto, he tenido que negociar duro.... Pero al volver me encuentro con la BM que ha hecho nuevos amigos y decidimos quedarnos en el hotel de uno de estos amigos... que según nos cuenta, destina todos los beneficios a la comunidad. Además, durante el rato que he estado fuera, han informado que la entrada a los templos de Lalibela cuesta 50$ por cabeza!!! Pero el nuevo “amigo” de la BM, dice que si nos quedamos en su hotel, nos ayudará a poder ver los templos de manera más económica. Cuando llegamos al “hotel”, se nos cae el alma al suelo.... El baño está muuuuuy viejo, la electricidad va y viene y el supuesto termo de agua calienta, no funciona.... pero se ofrecen a calentarnos el agua con leña. Tras debatirlo un poco, decidimos quedarnos y de esta manera ayudar a la economía local.

Como es tarde y a punto de oscurecer pedimos que nos hagan la cena a la misma familia que vive en la casa de al lado de nuestro alojamiento y ya vemos que las promesas de hacernos precios económicos y locales porque ellos no buscan beneficio, si no ayudar al pueblo, es una falsa promesa, pero estamos tan cansados después de dos días de traslado, que aceptamos el precio, cenamos con la familia y nos retiramos a nuestro aposento.

Con humor, en el autobús


Cambio de autobús, para llegar a destino



Cura, bendeciendo a los creyentes y recogiendo limosnas

Cena del primer dia, en nuestro alojamineto.

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