La
noche a ido según lo previsto, oscura y silenciosa, aunque se nos
presentó un guía en la habitación por la tarde para ofrecernos sus
servicios y acompañarnos a visitar los templos de la zona.
Declinamos sus servicios y hoy vamos a ir a Zege a visitar un
monasterio. El bus lo cogemos sin problemas y el paisaje hasta Zege
nos recuerda a Camboya. La población es pequeña, yo diría que es
más bien una aldea y parece que estamos de suerte, porque hay
mercado, ¡mira que bien!. Pero primero es lo primero y vamos
andando hasta el templo famoso por sus pinturas. Nos encontramos al
guardián del templo que muy amablemente nos dice que la entrada
cuesta 100 birr por persona, una salvajada! pero como algo pude ver
al final desde fuera decidimos visitarlo. El templo en si no es nada
del otro mundo, pero las pinturas resultan interesantes y sin darnos
cuenta pasamos una hora mirando las pinturas y disfrutando de la
sombra y el fresco. Como la guía dice que este es el templo mas
bonito ya nos queda claro que no visitaremos ninguno mas, como diría
mi suegro:” Visto uno visto todos”.
Así,
hecha la visita del día, volvemos a la aldea chino-chano,
disfrutando de las vistas y del paisaje, también caminamos un buen
rato alrededor del lago, pero como hemos de coger el bus decidimos
volver a la aldea, caminar un poco por el mercado y puesto que
tenemos apetito, vemos un restaurante local y decidimos tomarnos un
plato tradicional de pescado, que resulta estar delicioso Cuando
acabamos de comer, nos ponemos a esperar el bus, pero la espera se
hace más larga de lo normal y hay mucha gente haciendo cola. Se
empieza a rumorear que éste será el ultimo bus del día, así que
habrá que cogerlo sí o sí. Pero en cuanto aparece el bus, la cola
desparece y la gente se vuelve loca. Antes que baje la gente del bus,
ya hay quien sube incluso por la ventana. Dentro del bus hay gente
que pese a haber llegado a su destino, no quiere abandonar su asiento
si no les pagas y claro, si no pagas no tienes asiento. La B.M y yo
nos separamos, ella va por la puerta trasera y yo la delantera,
consigo entrar de los primeros y los único cuatro asientos libres
parecen estar ocupados por un hombre, empiezan a chillar y de repente
sin saber de donde un hombre salta por encima mío y le regala todo
su puño al otro. Yo, asustado me doy media vuelta e intento salir de
ahí, todo son gritos al final un hombre me coge fuerte y me saca del
barullo, poniéndome al lado del conductor a salvo, todo es caótico
y no veo a la B.M, el tiempo parece discurrir muy lentamente pero al
final la B.M y yo nos reencontramos, los dos estamos bien, pero
nerviosos. Para nuestra desgracia no hemos conseguido asiento y en
Etiopía solo puedes viajar si tienes asiento, no dejan que la gente
vaya de pie. Tiene que venir la policía y echarnos a todos los que
no tenemos asiento y justo cuando bajamos del bus llega otro, esta
vez la B.M y yo ni nos lo pensamos, vamos a cuchillo, ella consigue
entrar antes de que pare el bus, y se sienta al lado de un “ocupa
asientos” con el que negocia que no se salga de su silla hasta que
entre yo. De esta manera, nos consigue los 2 asientos que nos
llevaran de vuelta, aunque a mi me cuesta subir al final consigo
sentarme, y aun con el susto en el cuerpo volvemos al campo base. Hoy
nos ha ido de bien poco... Una vez en nuestro destino y ya más
calmados cenamos y buscamos información para la excursión de
mañana.
Con
todo hecho solo nos queda pasear por la localidad con un buen cono de
patatas fritas hechas en la calle.
|
Salpicadero del bus |
|
Banyac Tree |
|
Interior de templo |
|
Pinturas interior templo |
|
Camino del templo |
|
A la sombra.... |
|
Canoas de papiro |
No hay comentarios:
Publicar un comentario