Madrugamos, tomamos el desayuno, que ni mucho menos esta a la altura del hotel y nos dirigimos a la estacion de buses. Cogemos un bus local, que tras horas de calor, baches e infinidades de paradas nos lleva a Rende, una aldea famosa por sus tallados en las rocas de las tumbas. El lugar nos parece arido, el calor hace mella en nosotros pero las tumbas y las tallas han compensado el viaje, no asi la aldea.
Tras la visita, cogemos una moto-taxi hasta Umabara. Vamos 3 en la moto, sin casco. La BM ha de poner los pies encima de los mios, si no, los llevaria en el aire. El trayecto, en estas condiciones, se nos hace largo. Una vez en Umabara, visitamos sus tumbas, que son mas elaboradas que las de Renge. Vemos pilares de madera con ikats (tejido tradicional) a medio hacer y sufrimos el acoso de los vendedores.
Medio derretidos y saltando de sombra en sombra, llegamos a Pau, que esta a 200 metros. Visitamos la aldea y sin mas preambulos nos banyamos en un canal junto a un bufalo. El calor es bochornoso y no podemos con el. Nos refrescamos durante una hora. La comida que nos hemos traido es incomible y la acabamos tirando y eso que a estas alturas nos lo comemos todo... Una vez frescos caminamos hasta la carretera principal, siempre por la sombra y saludando a todo el mundo, repitiendo nuestro nombre y nacionalidad para todos los escolares que nos encontramos, que no son pocos... En la carretera esperamos mas de una hora a que pase el bus. Solo respiramos, para no sudar mas de lo necesario. El trayecto de vuelta se nos pasa rapido, y una vez en Wainapu, rapidamente vamos a la ducha para refrescarnos, aunque la sensacion de limpios solo dura unos segundos.
De noche, salimos a cenar y nos preguntamos que haremos el resto de los dias hasta el domingo.
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