jueves, 19 de noviembre de 2009

14/10/2009 Cemoro Lawang

Cuando suena el despertador a las 2'30 decidimos atrasarlo media hora, y al volver a sonar, lo ponemos directamente a las 8 de la manyana. Se nos hace imposible levantarnos a estas horas... A las 8 nos levantamos. Esta noche hemos pasado mucho frio, creemos que ha sido culpa de la ducha de agua helada y acostarnos con el pelo mojado. Una vez desayunados y con los niveles de energia al 100% caminamos hasta el Gunung Bromo. Al pasar por delante de la taquilla para entrar al parque y ver los volcanes, nos saludan. Les devolvemos el saludo y seguimos andando. Nunca habiamos estado en un sitio como este. Es un crater enorme, que contiene otros 3 crateres en su interior: unos inactivo y dos activos. Caminamos por el mar de arena hasta el pie del Gunung Bromo y subimos por la larga escalera hasta el borde del crater. No vemos la lava, pero si el humo que esta produce, incluso se oyo el ruido de esta... Decidimos dar la vuelta al crater, siguiendo el borde. A medio camino, nos bajamos del borde para caminar por otro mar de arena y dibujar nuestras iniciales con rocas volcanicas. Volvemos a subir hasta el borde del crater y descendemos por este hasta medio camino. Me siento pequenyo, insignificante y pasajero... Regresamos al borde para terminar de dar la vuelta. Las vistas no tienen desperdicio. Al terminar la vuelta, coincidimos con los franceses. Se han trasladado a nuestra guest-house, ellos tambien prefieren cama de matrimonio. Nos despedimos y regresamos al pueblo por donde vinimos, sin dejar de ser educados y saludar de nuevo a la gente de la taquilla. En el pueblo aprovechamos para comer e informarnos de donde se pueden ver las mejores vistas al amanecer, y como todavia tenemos toda la tarde hacemos un reconocimiento del terreno, asi si esta noche conseguimos levantarnos nos sera mas facil. El paseo es muy pintoresco: mujeres trabajando en el campo, los hombres a caballo, algun perro que nos ladra... En una hora, llegamos al mirador. Esta mas cerca de lo que nos habian indicado, aunque no podemos ver nada por que el dia esta nublado. De vuelta la BM va dejando marcas en el suelo, para que por la noche nos sea mas facil seguir el camino. En la entrada al pueblo, nos volvemos a encontrar a los franceses y conocemos a un canadiense. Charlamos un rato y quedamos para cenar. En la guest-house, pasamos por el agua helada, nos vestimos deprisa y vamos al restaurante a tormarnos dos jarras de te hirviendo, para entrar en calor. Cenamos los 5 y hacemos tertulia hasta las 21'30, hora en que nos despedimos hasta las 3 de la manyana.

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