Esta
mañana las agujetas y el cansancio han podido con nosotros y nos
levantamos más tarde de lo normal. La BM detecta con su radar a una
pareja francesa que acaba de llegar y les ofrece que mañana podamos
coger un taxi todos juntos para ir a ver la puesta de sol a la
Avenida de los baobabs. Como la pareja se hospeda en nuestro hotel,
quedamos para hablar por la noche sobre el tema. Con calma, nos
dirigimos al mercado a desayunar y allí volvemos a coger el taxi
brousse hasta el cruce para ir a la Avenida de los Baobabs, pero en
vez de dirigirnos hacia allí, decidimos andar un par de kilómetros
por la carretera, ya que cuando llegamos antes de ayer con el bus,
vimos baobabs increíbles a ambos lados de esta. Y sólo con dar los
primeros pasos, empieza de nuevo el espectáculo de los baobabs. Nos
metemos por caminos y por donde no hay caminos para acercarnos a
ellos y tomar fotos desde todos los ángulos. Como hemos empezado
tarde el día, enseguida nos aprieta la calor y nos sentamos a la
sombra para descansar y comer unos plátanos, para luego continuar
nuestro paseo sin rumbo. Cuando menos lo esperamos, la madre
naturaleza nos hace un regalo espectacular: un pequeño embalse de
agua transparente, fresca y clara con sus flores de lotus y vistas a
los baobabs. Sin pensárnoslo, la BM y yo nos quedamos en paños
menores y nos metemos en el agua, donde disfrutamos como enanos.
Proseguimos por la carretera y volvemos al cruce, nos tomamos una
cocacola bien fresquita y andamos un par de kilómetros para llegar
a la parte de los baobabs entre arrozales. LA BM se lanza a andar
entre las lindes de los arrozales, pero pierde el equilibrio y cae
entre el barro, para gozo de los locales y las dos furgonetas de
guiris que se encuentran en ese momento sacando fotos del lugar. Como
puedo, la saco de allí, llena de barro hasta las orejas. Volvemos al
camino de tierra como podemos y una vez en el la B.M intenta quitarse
todo el barro que puede, pero sin mucho éxito. Volvemos caminando
hasta el cruce, el sol esta bajando y queremos ver la puesta de sol
con los baobabs, pero de camino los lugareños no pueden evitar
fijarse en la B.M.
Como
nos sobra un poco de tiempo cenamos unos plátanos con yogurt y
cuando ya se acerca el momento vamos al encuentro de los baobabs, la
pena es que no estamos solos, nos acompañan unos niños que empiezan
con sonrisas pero cada vez se ponen más nerviosos y vemos que la
cosa acabara mal. Podemos ver un poco la puesta de sol, pero volvemos
al cruce en busca del transporte que nos lleve a la ciudad, mañana
como buenos turistas ya iremos a la avenida de los baobabs para sacar
la foto clásica y disfrutar tranquilamente del momento.
Como
no tenemos hambre me compro un helado y volvemos tranquilamente al
hotel. Los franceses de la mañana se pasan por nuestra terraza y la
BM les explica el plan. Ellos están encantados, puesto que se lo
encuentran todo hecho y quedamos mañana a las 14 horas delante de la
oficina de correos para negociar el taxi. Contentos de tener con
quien compartir gastos, nos retiramos a nuestro aposento.
EL DÍA EN IMÁGENES.....
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