Nos
cuesta levantarnos, pero ahí estamos y no somos los únicos... A las
06h estamos en el punto de reunión, nos subimos al 4x4 que nos
traslada, junto al guía que ha ido a buscar antes de recogernos, a
la entrada del parque. Aquí nuestro guía que no sonríe nada, nos
explica las normas del parque y nos da a cada uno un arnés porque
una parte del trekking es una vía ferrata.
Sólo
empezar vemos a una familia de brown lemures y no se nos cagan encima
de milagro. También avistamos algún sifaka, pero están demasiado
altos subidos en los árboles para poderlos ver bien. Una vez librada
la parte del bosque llegamos a lo interesante del día. La subida al
tsingy es muy increíble y a medida que subimos las vistas mejoran
exponencialmente, aunque aquí hemos de hacer uso del arnés. Una vez
arriba me cuesta avanzar, no se donde colocar los pies, parezco un
faquir caminando entre cuchillos, pero en cuanto consigo levantar
cabeza y estabilizar los dos pies, puedo ver las vistas y la belleza
del lugar. Los demás van más sueltos que yo, deben estar más
avanzados en el curso de faquires.
El
momento estrella es cuando hemos de cruzar un puente colgante a no sé
qué distancia del suelo... pero no sólo cruzarlo, sino llegar a él,
pasarlo mientras la B.M me pide que pose y bajar el tsingy. Una vez
abajo continuamos por el bosque y bordeando los tsingys. De vez en
cuando paramos a descansar con la excusa de comer alguna cosa. Pero
si algo llevo mejor que las alturas, son los sitios cerrados, como
cuevas y túneles estrechos, y esta parte del día es la que quisiera
evitar. Según el guía sólo son 300 metros de espeleología, pero a
mí me parece una milla. Salgo de los túneles y cuevas más blanco
que un muerto y aquí el buen guía nos dice que descansemos y
comamos, vamos bien de tiempo. En cuanto he llenado el estomago y he
conseguido volver a mis pulsaciones normales volvemos a ascender a
otro tsingy. Esta vez me parece más espectacular que el de la
mañana, no paro de hacer fotos y de tanto en tanto me obligo a mirar
las vistas, para mi pesar este también tiene un puente colgante y
las tablas de madera usadas y gastadas no hacen que mi corazón lata
más despacio. Una vez visto lo visto hacemos el descenso, que es
otro de los puntos estrellas del día, ya que las vistas y los
acantilados que vemos son asombrosos, y una vez abajo doy gracias de
seguir vivo. Ya sólo nos queda volver al punto de encuentro por el
bosque. Nada, una caminata de una hora.
Una
vez en el 4x4 volvemos al hotel. Teóricamente mañana tenemos que
coger el taxi brousse, pero la BM les hizo la propuesta a Jesús i
Virginia, nuestros compañeros de excursión, de pagarles a ellos lo
que nos cuesta los taxi brousses de regreso y que nos lleven con su
chófer. Jesús lo consulta con el chófer, pero este quiere que le
paguemos a él los 100.000 Ar que nos costaría el regreso. Esta
propuesta no nos parece muy correcta, puesto que aunque para nosotros
es buena (volveríamos en un día en vez de dos) y para el chófer
también, Jesús y Virginia no ganan nada con el asunto. Tras
comentarlo con ellos y decirnos que por ellos no hay problema,
finalmente aceptamos su generosa propuesta y acordamos salir mañana
a las 6 de la mañana.
Vamos
a cenar al pueblo y tomarnos nuestra coca-cola mientras brindamos por
el éxito de la excursión de hoy y al volver Jesús nos pide que le
dejemos el ordenador para pasar las fotos de su móvil a un USB,
puesto que la memoria de su teléfono está agotada. La BM se queda
con él mientras hacen el traspaso y cuando acaban de hacerlo...
sorpresa! Las fotos han desaparecido. Me bajo un programa de
recuperación de fotos y recuperamos fotos del año 2012, pero de
este viaje, nada de nada. Jesús está desesperado (vaya disgusto) y
con este mal sabor de boca, nos retiramos a descansar. Pero una vez
en el bungalow la BM me pide que compruebe si la copia de las fotos
no estarán en nuestro ordenador y BINGO!! las encontramos. Vamos
corriendo a decírselo a Jesús, que explota del gozo. Ya con estas
buenas noticias y con las vistas increíble excursión de hoy, nos
retiramos a dormir que mañana vuelve a tocar madrugón.
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Subiendo a los Tsingys |
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Lemur esportive. Es un animal nocturno, durante el día duerme en los agujeros de los troncos de los árboles |
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En la cima de los Tsingys |
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El esfuerzo ha valido la pena, los Tsingys miden más de 70 metros de altura |
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Ya he cruzado el puente y puedo respirar tranquilo! |
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A través del bosque que une los dos Tsingys que visitamos hoy |
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Brown lemur |
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Para ir de un Tsingy a otro, hemos de cruzar 300 metros de túneles como este |
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Pero vale la pena hacerlo. |
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Y si no, que nos lo pregunten a nosotros!!! |
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Des de el mirador |
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Puente sobre los Tsingys |
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Vistas a los Tsingys |
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El descenso casi cuesta más que la subida |
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Y si no, que se lo pregunten a la BM. |
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Después de tanto esfuerzo, un ratito de relax en el hotel |
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