sábado, 13 de agosto de 2016

04/08 Morondava. Circuito y puesta de sol por la Avenida de los Baobabs.

Esta mañana tenemos una misión: encargar el taxi para poder ir por la tarde a ver la puesta de sol en la avenida de los Baobabs. Lo primero que hacemos es preguntar en el hotel por el precio, para tener una referencia. Ellos nos encargan el taxi por 60.000 Ar (unos 17 euros) para la puesta de sol, pero nos introducen una nueva variante, que es hacer un circuito por la zona e ir hasta el Baobab de los enamorados. Para esta variante, nos piden 70.000 Ar (unos 20 euros). Con esta información, vamos hasta la parada de taxis y empezamos a negociar. Como expertos que somos, acabamos consiguiendo el taxi por 50.000 Ar para el circuito. Quedamos con nuestro taxista a las 15 horas en la parada y nos vamos a visitar tiendas y relajarnos un poco, después de los dos días anteriores. Hace mucha calor, mis rodillas piden a gritos un descanso por lo que nos retiramos un par de horas a nuestra terracita del hotel. Sobre las 13.30 nos vamos al centro a comer (Arroz con pescado) y a las 14.30 estamos delante de la oficina de correos, donde nos encontramos con nuestros compañeros de trayecto. Antes de las 15, estamos los 4 en el taxi camino de la zona de los baobabs. Suerte que vamos con el taxi porque nosotros solos no lo hubiésemos encontrado, a parte de que está a 7 km de la zona turística. El baobab nos impresiona y nos parece más bonito que en las postales. Y aunque no hay más baobabs en ese lugar, este por si solo hace que merezca la pena ir hasta allí. De regreso el taxista va parando cada vez que se lo pedimos y sobre las 17 horas, llegamos a la Avenida, donde nos encontramos con todos los turistas de Morondava agrupados en ese punto. La puesta de sol es tal y como nos esperábamos. Tomamos las fotos clásicas desde los puntos clásicos y una vez cumplida la misión, aparcamos las cámaras para simplemente disfrutar del momento. A las 18, se acaba el espectáculo y todos los turistas y todos los coches desfilamos en cola hasta Morondava, donde nos despedimos de nuestro taxista. La BM y yo vamos a cenar al mercado y de regreso al hotel paramos en un pub local a tomarnos una coca-cola en una terraza, con un montón de malgaches a nuestro alrededor. Nuevamente, un día estupendo.

Baobab enamorado



La BM y y, en un lugar mágido



Indescriptible puesta de sol, en la avenida de los Baobabs

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