sábado, 13 de agosto de 2016

06/08/2016 De Morondava a Belo Sur Tsiribina

A las 7 estamos plantados en la estación de taxi brousses, dejamos nuestras mochila, encargamos dos billetes y salimos a desayunar. Como siempre, hay que esperar a que el transporte se llene para salir. Al cabo de una hora, todo está listo para el trayecto. El taxi-brousse esta vez consiste en una furgoneta con la parte trasera adaptada para llevar pasajeros como aquel que lleva cerdos al matadero, pero por ser turistas, nos hacen el honor de dejarnos ir al lado del conductor, cosa que se agradece, porque la parte de atrás de la furgoneta da pánico. El trayecto es increíble, ya que pasamos de nuevo por la Avda de los Baobabs y seguimos por el camino de tierra rojiza con baobabs a ambos lados durante 5 horas. El viaje finaliza a un lado del rio Tsiribina, la ciudad está al otro lado del río. Conocemos unos españoles que acaban de cruzarlo (por supuesto van con su conductor y su 4x4) y muy amablemente nos explican que tenemos 2 opciones: cruzar con el ferry de vehículos o con las canoas de personas. Su conductor nos aconseja coger las canoas, que son mucho más rápidas. Nos acercamos al embarcadero y tras inspeccionar la zona, nos subimos a una de ellas. El trayecto dura una media hora y cuando por fin nos deja al otro lado del río, hemos de descalzarnos y saltar al agua (que nos llega hasta los tobillos) para después llegar al pueblo. Nos dirigimos al alojamiento que la BM había reservado. El pueblo es un lugar muy polvoriento, con un pequeño mercado. Cuando llegamos a nuestro hotel, su dueño (un francés ya en edad avanzada) nos indica que no tenemos ninguna habitación reservada y aunque la BM le muestra el mail que él mismo nos envió confirmando la reserva, el señor insiste en que no tenemos reserva. Finalmente “encuentran”una habitación para nosotros, pero todavía no está preparada. Dejamos las mochilas allí y salimos a comer, pero antes le preguntamos sobre el transporte para mañana y nos contesta que su hotel no es ninguna estación de buses. Además, nos dice que el wifi sólo es para la gente que come en el restaurante del hotel.
Un poco moscas, llenamos nuestros estómagos en uno de los restaurantes del pueblo y empezamos a preguntar sobre el bus para Bekopaka. La información que la gente nos ofrece es muy contradictoria, pero conseguimos llegar hasta la taquilla del bus, donde no hay nadie. Preguntamos en la farmacia del lado y muy amablemente nos dice lo poco que sabe (que no es seguro que haya taxi brousse y que salen de al lado de su farmacia, pero no sabe horario). Por esas cosas de la vida, el farmaceutico tiene un hotel al lado de su farmacia y nos enseña las habitaciones, que son muy y muy simples.... Pero como estamos enfadados con el dueño del otro hotel, decidimos ir a buscar las mochilas e instalarnos en este, que está al lado de la “parada” de taxi brousse.
Una vez hecho el traslado, volvemos a la taquilla, que sigue estando vacía. La chica de la tienda de al lado, nos dice que la responsable está durmiendo y que volvamos más tarde. Damos una vuelta por el pueblo, que no tiene demasiado interés, volvemos a la taquilla, donde la chica de la tienda de al lado nos dice que la responsable ya se ha despertado, pero que se ha ido. Muy amablemente, nos dice que mejor que volvamos mañana a las 7, para reservar una plaza.
Como no hay manera de clarificar nada, decidimos hacer caso y volver por la mañana.

Cenamos alguna cosa y nos retiramos a nuestros aposentos, a esperar el nuevo día y ver si aclaramos algo más.......

Cargando la furgoneta, para salir.

En el ferry, cruzando el río hacia Belo

Para bajar del ferry, hay que mojarse los píes

Niños jugando y haciendo apuestas

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