Nos levantamos sobre las 6. Que bien hemos dormido, y del tiron, aunque sigo con un poco de lumbalgia. La BM va a buscar el almuerzo mientras yo vigilo las cosas. Vuelve con dos tuppers. Cada uno consta de una cucharada de arroz y un trozo de huevo que debe ser 1/20 parte de uno entero. Seguramente el cheff debe ser frances... Nos pasamos la mayor parte del dia estirados en nuestros camastros o paseando por el barco, lo cual es un espectaculo por si mismo: hay gente estirada por los suelos e incluso en las escaleras interiores y en cubierta hay un mercadillo improvisado donde se puede comprar cualquier cosa. Debemos ser los unicos turistas del barco en clase economica, ya que en general se sorprenden de que hayamos escogido esta opcion y no estemos viajando en primera clase. La gente es un poco-bastante pesada: somos el centro de atencion y todo el mundo nos hace las mismas preguntas, como nos llamamos, de donde somos, a donde vamos... Cuando nos cansamos de tanta entrevista, regresamos a nuestros camastros, con nuestros companyeros que ya nos conocen y con los que hemos superado con exito el interrogatorio.
El dia se nos hace largo, pero mejor de lo que esperabamos. La comida y la cena continuan siendo francesas, muy bien presentadas pero sobradamente escasas. La gente, a parte de la comida que nos proporcionan en el barco, compra comida a los vendedores ambulantes. A las 21 llegamos a Biak. Es de noche y antes de emprender la peregrinacion, paramos a cenar una sopita. Estamos hambrientos. Del puerto al centro vamos andando y una vez alli empezamos la busqueda de alojamiento. Las calles sin luz, las casas llenas de velas... El primer sitio esta lleno. El segundo demasiado caro y el tercero mas de lo segundo... Encontramos un alojamiento razonablemente caro y nos instalamos en el. Son las 23 horas y manyana seguiremos buscando. Yo me he curado del resfriado, aunque sigo con lumbalgia.
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