martes, 15 de octubre de 2019

12/09/2019 de Santiago de Chile a Valparaíso

Nos levantamos igual que los otros días, aunque vamos un poco más ágiles de lo normal. Vicente, el hijo de Carlos y Cecilia, se ha dormido y Carlos se ofrece a llevarnos al metro de camino a la escuela de su hijo. Finalmente, nos lleva a la estación de buses él mismo, sin necesidad de coger el metro. Realmente, esta familia es un regalo y de desviven por tratarte bien...
Una vez en la estación, comparamos un par de compañías y compramos el billete. El trayecto dura entre 1´5 y 2 horas, en función del tráfico. Vamos en un autobús de dos pisos, nos toca el sitio de arriba y los asientos son anchos y cómodos. El paisaje hasta Valparaíso es decepcionante. Finalmente, llegamos en 1hora 45 minutos y una vez en la estación de bus, seguimos las indicaciones que nos ha dado nuestro nuevo anfitrión. Sabemos que Valparaíso es una ciudad de cerros (montañas). Lo que no esperamos es que sea tan grande, con tantas cuestas y tan empinada... Para llegar a la casa, debemos subir un montón de escaleras y con la mochila, no se nos hace fácil.... Finalmente, conseguimos llegar arriba del cerro y plantarnos a la puerta de la casa una hora antes de lo que habíamos acordado, así que no hay nadie para recibirnos. Me quedo enfrente de la casa con las mochilas mientras la BM va a pedir WIFI a un hotel cercano, para poder comunicarnos con Andrés (el propietario) y avisarle que hemos llegado. Mientras ella está fuera, llega una mujer a la casa y cuando la BM llega, llamamos al timbre. La mujer se sorprende de vernos llegar y nos informa que la habitación no está preparada, pero que podemos esperar dentro de la casa. A primera vista, la casa no es como esperábamos, se ve muy vieja. Al cabo de un rato, Mae nos avisa que ya podemos ir a nuestra habitación, la cual es simple pero con una ventana con vistas la pacífico. La puerta se cierra con un candado (suerte que siempre llevamos uno propio con combinación) y la ventana no cierra del todo. Dudamos entre quedarnos o irnos, pero finalmente decidimos quedarnos, dejar las mochilas y salir a explorar. Bajamos el cerro por la carretera y conocemos algunos locales que están charlando en las escaleras. Seguimos bajando hasta llegar a la zona “llana”. Andamos por sus kilométricas avenidas hacia un lado y hacia el otro. Desde la parte llana, las vistas a los cerros son impresionantes y coloridas. Vemos un mercado y allí me lanzo con mi cámara. La gente me advierte en diversas ocasiones y me dicen que es mejor esconderla.... eso me impide hacer fotos, ya que tras el aviso de varias personas, decidimos hacer caso a los consejos. La sorpresa más agradable la tenemos al llegar al mar. Quedamos anonadados al encontrarnos un pilote de cemento lleno de leones marinos que se gruñen, se pelean, se tiran al agua unos a los otros, luchan por subir de nuevo, siguen con sus riñas.. y todo eso delante de nuestras narices! Cuando nos cansamos del espectáculo, continuamos caminando por el paseo marítimo y vemos unos enormes pelícanos sobre unas rocas... fascinante! Finalmente, llegamos a una playa, y con nuestra suerte no llevamos los bañadores, pero si las botas y ropa de abrigo y con el sol en su máxima expresión se nos hace irresistible no descalzarnos y mojarnos los pies, el mar esta helado pero vale la pena, nos ayuda a bajar la temperatura.
Tras pasar un buen rato en la playa decidimos volver a nuestra nueva casa que por cierto esta a unos 200m de la casa de Pablo Neruda. De camino paramos en el supermercado a comprar comida para la cena y el desayuno.
Una vez en la casa y después de subir no se cuantas escaleras ( un día de estos las tengo que contar), volvemos a nuestra rutina, higiene, cena, hablar con la familia ( no nos importa que sean la una o las dos de la madrugada, somos así de malotes), surfeamos por la red y finalmente nos adentramos en el mundo de los sueños...


Bus a Valparaiso

Instrucciones para alertas de tsunamis

Paradas de fruta

Mercado de Valparaiso


Igualito que en España!

Que recuerdos nos trae esta cabina telefónica....

Leones marinos jugando

Playa de Valparaiso

Mojando los pies en el Pacífico

Pelícanos

Puesto de pescado

Parada de churros




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