Cuando
empezamos a tener hambre decidimos volver al centro a comernos unos
frankfurts, que por cierto están buenísimos, y como la ciudad hoy
no da para más regresamos a la guesthouse, donde nos dan la mala
noticia que ha desaparecido mi mochila, hace más de una hora y no
han llamado a la policía. Estamos que no nos lo creemos, le pedimos
que llamen a la policía y ella no dice que tranquilos que nos van a
ayudar en lo que haga falta, hasta que les entregamos un inventario
del coste de todos los objetos de la mochila, y se les cambia la
cara. Para abreviar el tema: acabamos llamando a la policía, que nos
dice que esto va por vía judicial y puesto que somos extranjeros y
no estaremos para el juicio, pues nada de nada.... Nos toman
declaración en comisaria y punto. La BM se pone en contacto con
Carlos, nuestro anfitrión en Santiago, quien en seguida nos invita a
volver a su casa. Ya es tarde, de noche y con el disgusto que
llevamos ni nos lo pensamos: vamos a la estación de bus y cambiamos
los billetes, habiendo de abonar un buen pico por la diferencia, ya
que hoy el precio es mucho más caro por ser fin de fiestas. Llegamos
a casa de Carlos sobre las 23 horas. Nos está esperando, nos ha
preparado la habitación y nos ha puesto la estufa, nos invita a un
té y finalmente, nos vamos a la cama, yo sin pijama, ni ropa
interior de recambio, ni cepillo de dientes ni nada de nada....
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Un italiano completo. |
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