martes, 15 de octubre de 2019

19/09/2019 de Valparaíso a Santiago de Chile

Hoy es día de traslado, gracias a las aplicaciones cualquiera puede reservar tu alojamiento si no lo has echo tu antes, y esto es lo que nos ha pasado. Pero no importa ayer la BM encontró uno aquí cerca, a 10 minutos a pie y al lado del ascensor que estos días es gratuito. Así que recogemos todo y jugamos al tettrik con la mochila hasta cerrala y nos trasladamos. Como llegamos antes de la hora de entrada la dueña nos deja dejar las mochilas en recepción, y las cosas electrónicas las guarda aparte, nos dice que es un lugar seguro y nunca a pasado nada ,que no nos preocupemos. Así que dejamos las cosas a buen recaudo y salimos a pasear, como estamos en fiestas patrias todo esta cerrado por lo que optamos por comprar los billetes de bus de regreso a la capital para dentro de dos días, ir a ver los cerros que nos faltan y para descansar los leones marinos, que hoy están muy activos, más que nada porque los pescadores les arrojan los pescados sobrantes al mar y estos se vuelven locos para no perderse bocado.
Cuando empezamos a tener hambre decidimos volver al centro a comernos unos frankfurts, que por cierto están buenísimos, y como la ciudad hoy no da para más regresamos a la guesthouse, donde nos dan la mala noticia que ha desaparecido mi mochila, hace más de una hora y no han llamado a la policía. Estamos que no nos lo creemos, le pedimos que llamen a la policía y ella no dice que tranquilos que nos van a ayudar en lo que haga falta, hasta que les entregamos un inventario del coste de todos los objetos de la mochila, y se les cambia la cara. Para abreviar el tema: acabamos llamando a la policía, que nos dice que esto va por vía judicial y puesto que somos extranjeros y no estaremos para el juicio, pues nada de nada.... Nos toman declaración en comisaria y punto. La BM se pone en contacto con Carlos, nuestro anfitrión en Santiago, quien en seguida nos invita a volver a su casa. Ya es tarde, de noche y con el disgusto que llevamos ni nos lo pensamos: vamos a la estación de bus y cambiamos los billetes, habiendo de abonar un buen pico por la diferencia, ya que hoy el precio es mucho más caro por ser fin de fiestas. Llegamos a casa de Carlos sobre las 23 horas. Nos está esperando, nos ha preparado la habitación y nos ha puesto la estufa, nos invita a un té y finalmente, nos vamos a la cama, yo sin pijama, ni ropa interior de recambio, ni cepillo de dientes ni nada de nada....


Tranvia de Valparaiso

Murales







Aguilucho


Tarrinas de marisco

Nuestros amigos, los leones marinos

Miles de pelícanos nos observan!




Un italiano completo.


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