martes, 15 de octubre de 2019

15/09/2019 Valparaíso

A las 07h suena el despertador, nos levantamos, llenamos los depósitos hasta arriba y salimos por la puerta dispuesto a comernos el mundo. Lo primero es bajar los 338 escalones que son los mismos que subimos por la noche o el primer día cargados con las mochilas. Lo segundo es buscar la parada de bus que nos lleve a Laguna Verde y una vez localizada esperar el bus sentaditos, aunque esto último no podemos hacerlo porque el bus llega al momento. El recorrido dura unos 20 minutos y subir los cerros en bus y no a pie es todo un gozo, no tanto bajarlos y ver que el conductor esta pendiente de todo menos de la carretera, pero finalmente llegamos a destino vivos...
Nos deja en una playa enorme, llena de aves y aguas turquesas pero con señales en todas partes prohibiendo bañarse en la playa. Después de hablar con una mujer, nos explica que hay corrientes y agujeros y que este año han muerto varias personas a pesar de todas las señales que hay.
Como el lugar no da para más, tirando del gps del móvil decidimos ir hasta la Caleta la Docas, que esta entre 8 y 12km dependiendo a quien se lo preguntes...Ni cortos ni perezosos nos ponemos en modo andar, el paisaje no es nada bonito ni interesante al principio y después se transforma en un pinar dividido en centenares de parcelas para los domingueros y turistas. Finalmente llegamos, y las vistas y la playa son preciosas, aunque nos sorprende porque esta llena de tiendas de acampar, se ve que los jóvenes vienen a pasar la noche aquí. Aquí uno tampoco se puede bañar, pero ya me lo esperaba, aunque no entiendo que tanta playa bonita, tanto sol y calor para luego ni poderte bañar, es todo un suplicio. Tras pasar un buen rato empezamos la vuelta, que pinta dura porque todo es subida, por suerte, al poco pasa una ranchera que nos recoge y nos lleva hasta la parada de bus, esto si es tener suerte.
Regresamos a Valparaíso en bus, y nos dedicamos a buscar alojamiento, porque no tenemos claro si nos quedaremos donde estamos, pero viendo lo que vemos esta noche enviaremos un mensaje al dueño para confirmar que nos quedamos unas noches más.
Paseamos por la localidad, esta vez por la zona central y por donde hay más gente. Y antes de subir los 338 escalones nos aprovisionamos con la cena y el desayuno.
Una vez en la habitación, vuelta a la rutina hasta la hora de entrar en el mundo de los sueños...


El empezar de un nuevo día

Laguna Verde


Caleta docas y nuestro amigo de hoy

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