domingo, 30 de mayo de 2010

08/05/2010 De Singkil a Pulau Palembak Besar

Son las 7 y suena el despertador. Con mas hambre que suenyo nos vestimos y desayunamos. Ya con los estómagos casi llenos, hacemos las mochilas y caminamos hasta el embarcadero. Solo hay un kilómetro de distancia, es todo recto y sin perdida. Al llegar al puerto, dejamos las mochilas y nos informan de que el barco no sale hasta las 10. Tenemos dos horas de “diversión”. El barco, extrañamente, sale a su hora y las 5 horas de navegación transcurren sin incidente alguno. Llegando a Pulau Balai (la isla principal) las aguas son turquesas y transparentes. Cuando llegamos, lo primero que hacemos es buscar la oficina de información y les acribillamos a preguntas. Lo que mas nos apetece es irnos a una isla desierta. El problema es que debemos aprovisionarnos por nuestra cuenta de la comida y el agua. Ellos nos pueden alquilar la tienda, los sacos y una cocina de gas, pero cuando vemos el “volumen” de todo lo que nos hemos de llevar, decidimos pasar primero en una de las islas donde hay bungalows y a la vuelta, irnos solo 3 días a una isla desierta, así la cantidad de comida y bebida que hemos de llevar es mucho mas pequeña ya que sino lo vemos todo muy complicado. Rescatamos el numero de teléfono que nos dio ayer el alemán y nos reservamos uno de los bungalows que hay en Pulau Palembak Besar. No sabemos si estaremos solo, pero si el estuvo 8 días, por algo sera... Cogemos una canoa motorizada y la mujer de la guesthouse, que se encuentra en la isla, aprovecha nuestro viaje para llevar la compra. Tras una hora y media, llegamos a una playa larguísima e increíble, con aguas turquesas, palmeras y arena de coral blanco. Si alguna vez tuviese que describir el paraíso pienso que no habría un lugar mas idóneo que este. El alojamiento esta en una de las esquinas de la isla. A un lado tenemos kilómetros de arena blanca y miles de palmeras; al otro lado, mas de lo mismo. Los colores tienen una infinidad de matices, a cada cual mas bonito. Podríamos decir que es una pena que después del sutnami solo queden dos bungalows en pie, pero..... a quien vamos a engañar???? En que otras circunstancias uno podría gozar de un pedacito de cielo como este para si solo? Lo retiro si anteriormente he dicho alguna vez que hubiese estado en el paraíso. Después de este destino, no creemos que volvamos a encontrar nada que este a la altura... El dueño nos sale a recibir y nos enseña nuestro bungalow. Nos comenta que estamos solos. Nos instalamos rápidamente y nos zambullimos en el agua. Yo, por estar donde estoy y sin nadie mas que la BM conmigo, me despojo de la poca ropa que llevo y me fusiono con el mar. QUE GOZADA de momento y lugar!! Mire hacia donde mire, no veo a nadie, solo a la BM. Me da la impresión de que nuestro reloj hace un rato que se ha parado. Por la noche, y una vez “arreglados” cenamos una barbacoa de pescado, con sopa de verduras y por supuesto, arroz. Como en la isla no hay electricidad, nos dan un candelabro de gasolina, pero nosotros a las 20:30, ya estamos durmiendo. No hay nada que hacer...

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