sábado, 2 de julio de 2016

02/07/2016 de Antananarivo a Ambrosita

Antes de empezar el día haré un pequeño repaso a la noche: frío no he pasado, porque ayer antes de acostarnos sacamos nuestros sacos y solucionamos el problema, pero el nuevo inquilino de la habitación y el vigilante literalmente nos han dado la serenata (vaya manera de roncar), pero si con esto no tuviese suficiente ayer por la noche nos comimos media papaya cada uno, y se me había olvidado que susodicha fruta es diurética, y si con los ronquidos costaba conciliar el sueño, con la bufeta llena y yendo al baño cada dos por tres imposible. Pero al final por puro cansancio entré en los reinos de los sueños.
A las 06:30h estamos en pie, aunque reconozco que hoy no me hubiese levantado, estaba en la hora dulce...Montamos las mochilas, desayunamos como dos adultos que somos y nos despedimos de la guesthouse, porque hoy es día de traslado. Primero cogemos un bus hasta la estación de buses Fasankarana que solo esta a 4 km pero tardamos casi una hora en llegar. Por el camino vemos la embajada española pero nos da la impresión que aún no funciona, más que nada porque los cristales del edificio tienen las pegatinas en los vidrios.
Una vez en la estación empieza nuestra odisea, porque no sólo somos acosados por unos cuantos locales que tienen “buenas intenciones” respecto a nuestra cartera, sino que no dejan de seguirnos, tocarnos y empujarnos las mochilas, con el consecuente desequilibrio que esto comporta. Esto nos lleva unos momentos tensos pero al final conseguimos un billete, dejamos las mochilas en la vaca de la furgoneta y desaparecen los malestares de los buenos intencionados.
Salimos de destino a las 09h y llegamos a Ambrosita sobre las 16:30h, por el camino hacemos la reglamentaria parada del aseo, dígase en medio del bosque: mujeres por un lado y hombres por otro, y sobre las 13:30h la parada de la comida, en la cual la B.M y yo nos comemos un bocadillo, no queremos ser usuarios de una bolsa de plástico en lo que resta de trayecto.
Los paisajes por el camino son espectaculares, la tonalidad rojiza de estas tierras hacen que todo se vea subido de tono, incluso los arrozales acabados de recoger se ven preciosos.
Una vez en destino, caminamos de la estación hasta el centro y una vez aquí yo me quedo con las mochilas mientras la B.M hace el correspondiente peregrinaje. Al final encuentra un hotel muy chulo en el centro con todo tipo de comodidades, nos instalamos y salimos a cenar, donde encontramos un puesto en el mercado, hoy toca arroz con dos trocitos de panceta, nada del otro mundo pero nos ha llenado el estómago, a uno más que a otro.

Cenados y con las ultimas luces del día paseamos un poco, picoteamos alguna pasta en el mercado y regresamos al hotel, donde nos deshacemos de la suciedad y los malos olores, aprovechamos para actualizar el blog y miramos en la guía para recoger información para los días que estemos aquí.

Nuestra furgoneta a Ambositra.

Los cargadores del bus.

Por el camino nos intentan vender de todo por las ventanas.

Y para cenar, un plato de arroz con panceta, ya en el mercado de Ambrosita.

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