viernes, 29 de julio de 2016

Del 21/07 al 26/07/2016 Mangily

21/07- Hemos pasado una buena noche, no hemos escuchado la tan temida discoteca. Mientras yo galundeo en la cama la B.M va en busca del desayuno y los cafés, vuelve antes de lo esperado, se ve que todo esta al lado del hotel. Desayunamos en la terraza, y nos vestimos para pasar el día en la playa (bañador, camiseta, chanclas y crema de sol). El día está nublado y cuando llegamos a la playa, nos sorprende toda la vida local que hay en ella, pero lo que más nos sorprende es que el agua está al menos a un kilómetro de la costa, a causa de la marea baja. En substitución del agua están los lugareños recogiendo todo tipo de crustáceos. Decenas de personas andan por la playa con cubos escabando en la arena y recogiendo todo bicho viviente. Sobre el mediodía la marea vuelve a subir y esto hace que las piraguas que se encontraban pescando, puedan regresar a la orilla, donde les esperan los familiares para ver qué han pescado. El espectáculo es muy colorido, las velas de las piraguas están hechas de diferentes trozos de sacos. Cuando por fin el agua ha alcanzado el nivel deseado, paseamos por la orilla mojándonos los píes, ya que con el tiempo que hace y las horas que son, no apetece bañarse. Nos encontramos con las españolas que conocimos en Ranohira y nos sentamos con ellas a ver la puesta de sol. Tras ésta, volvemos a nuestra calle donde cenamos y nos recogemos.

La carretera nacional, a su paso por Mangily


Recogiendo las redes

Para revisar lo que hay entre ellas
Hay que revisar que no haya quedado nada....

Vendedoras de playa




Y una vez revisadas, hay que guardarlas






22/07: Después del desayuno nos asomamos a la playa y tras comprobar que el agua no está todavía colocada en su sitio, decidimos salir a andar y explorar un poco la calle principal. Para nuestra sorpresa, empezamos a ver baobabs y nos volvemos locos con las cámaras. Nos adentramos por un camino al lado de la “carretera” y nos encontramos con un jardín de baobabs muy fotogénicos, aunque están vallados, nosotros tomamos las fotos des del otro lado de la valla. Seguimos por el camino y de golpe nos encontramos rodeados de baobabs por todas partes y nos dejamos llevar, yendo de un baobab a otro. Sin querer, vamos a parar a la entrada de un jardín botánico, pero como hace poco vimos el de Tulear, le damos la espalda y seguimos por nuestra ruta de baobabs. Cuando ya estamos saciados, salimos a la carretera y es cuando nos damos cuenta que hay una taquilla, donde deberíamos haber comprado el tiquet para andar por esa zona. Pero como nosotros entramos por otro sitio sin saberlo, eso que nos hemos ahorrado. Volvemos a la playa, donde para nuestra agradable sorpresa, el agua ya se encuentra en su lugar. Aparcamos las toallas y no dudamos en zambullirnos y disfrutas del resto de la tarde del agua y el sol. Tras la puesta de este, cena y ya en nuestro jardín del hotel, descubrimos un espectacular cielo estrellado con su vía láctea incluida. Lectura y a dormir! Ha sido un día muy provechoso.

Reserva de baobabs
Os regalo esta imagen totalmente malgache.
Más baobabs





Barcos que vuelven a la costa después de un día de pesca

Puesta de sol en Mangily
23/07: Tras el desayuno en nuestra terraza, bajamos a la playa donde nuevamente nos encontramos con que el agua no ha llegado, pero sí los pescadores, que están recogiendo las redes desde la orilla que han tirado al mar. Nos colocamos a su lado para observar la pesca que han recogido, pero resulta ser muy pobre y los peces pequeños, aunque el espectáculo es bastante pintoresco.
Por la tarde por fin nos bañamos, y que bien nos sienta el mar, tanta calor se hace insoportable.. Tras el baño la B.M y yo nos regalamos un masaje de una hora en la playa, y me sienta de bien que incluso me duermo por momentos.
Tras el masaje y la puesta de sol nos recogemos en nuestra cabaña y disfrutamos de la lectura y la vía láctea.


Mi yogurt casero, que me tomo todas las mañanas

La BM, disfrutando de su masaje, con Marcelia

Ahora, que yo disfruto más que ella.
24/07: Hoy me despierto con el estomago no muy fino, y la salida del hotel lo retraso lo máximo posible, al final me veo medianamente seguro y me decido a salir. Ayer la B.M reservo una embarcación para ir hacer snorkel porque estamos en el quinto arrecife de coral más grande del mundo. Pero nuestro gozo en un pozo, porque resulta que el coral está muerto y bien muerto gracias a la pesca con dinamita de la gente local, encontramos esporádicamente algún coral de color y lo que  no faltan son los peces, que aún no habiendo mucho coral los hay de todas clases y colores.
Regresamos tras un par de horas de snorkel y al llegar a la playa nos vemos que un par de pescadores se llevan una tortuga marina de metro y medio de largo, y el festejo de los pescadores, sus familiares y la gente del alrededor contrasta con el sufrimiento y el miedo que desprenden los ojos de la tortuga, nos vamos a comer apenados por la tortuga.
Por la tarde nos bañamos en la playa hasta que desaparece el sol, regresamos al hotel para ponernos guapos y nos colamos en un hotel  a robar wifi y chatear con la familia. Y como no tenemos hambre nos vamos al bar a compartir una Coca Cola de un litro. Tras tanta fiesta sólo nos queda volver a nuestro aposento y descansar.

Nuestra canoa, con la que salimos a hacer snorquel

Único esqueleto de ballena completo del oceano índico
Una coca-cola fresquita para terminar el día


25 y 26/07: Días de relax y playa, instalados en nuestra rutina de desayunar en el bungalow, pasar la mañana tumbados en la playa (ahora ha cambiado el ritmo de la marea y por la mañana es cuando tenemos más agua en la playa), comer en el mercado nuestro pescadito con arroz o pulpo o calamar, aguantar a los vendedores que a todas horas nos ofrecen de todo, pasear por la tarde a orillas del mar mientras vemos las barcas llegar, leer bajo los cocoteros, ver la puesta de sol y retirarnos a cenar y descansar.... Vamos en otra ocasión al hotel para utilitzar el wifi, al pub del pueblo a tomarnos una coca-cola.
Nos encontramos con la italiana que hacía de guía para el grupo de españoles en el tren de Manakara, ha venido porque tiene unos días de vacaciones, y que mejor que venirse a la playa, comer pescado y disfrutar del sol.

Tras tantos días de relax ya va siendo hora de cambiar de aires, porque aunque podríamos quedarnos aquí para siempre, tenemos también ganas de seguir viendo cosas, por lo que decidimos que mañana nos daremos el último baño y regresaremos a Tulear.


Nuestro bungalow, que ha sido nuestra casa durante una semana.



Que bien se está en la playa cuando hay agua para bañarse!



Y no somos los únicos que la disfrutamos

Pero casi seguro que somos los que más! Y si no, que se lo pregunten a la BM.
Ésto es vida!


Juzgad vosotros mismos.....


Observando el agua

Y disfrutado de ella!!!!

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