21/07-
Hemos pasado una buena noche, no hemos escuchado la tan temida
discoteca. Mientras yo galundeo en la cama la B.M va en busca del
desayuno y los cafés, vuelve antes de lo esperado, se ve que todo
esta al lado del hotel. Desayunamos en la terraza, y nos vestimos
para pasar el día en la playa (bañador, camiseta, chanclas y crema
de sol). El día está nublado y cuando llegamos a la playa, nos
sorprende toda la vida local que hay en ella, pero lo que más nos
sorprende es que el agua está al menos a un kilómetro de la costa,
a causa de la marea baja. En substitución del agua están los
lugareños recogiendo todo tipo de crustáceos. Decenas de personas
andan por la playa con cubos escabando en la arena y recogiendo todo
bicho viviente. Sobre el mediodía la marea vuelve a subir y esto
hace que las piraguas que se encontraban pescando, puedan regresar a
la orilla, donde les esperan los familiares para ver qué han
pescado. El espectáculo es muy colorido, las velas de las piraguas
están hechas de diferentes trozos de sacos. Cuando por fin el agua
ha alcanzado el nivel deseado, paseamos por la orilla mojándonos los
píes, ya que con el tiempo que hace y las horas que son, no apetece
bañarse. Nos encontramos con las españolas que conocimos en
Ranohira y nos sentamos con ellas a ver la puesta de sol. Tras ésta,
volvemos a nuestra calle donde cenamos y nos recogemos.
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La carretera nacional, a su paso por Mangily |
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Recogiendo las redes |
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Para revisar lo que hay entre ellas |
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Hay que revisar que no haya quedado nada.... |
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Vendedoras de playa |
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Y una vez revisadas, hay que guardarlas |
22/07:
Después del desayuno nos asomamos a la playa y tras comprobar que el
agua no está todavía colocada en su sitio, decidimos salir a andar y
explorar un poco la calle principal. Para nuestra sorpresa, empezamos
a ver baobabs y nos volvemos locos con las cámaras. Nos adentramos
por un camino al lado de la “carretera” y nos encontramos con un
jardín de baobabs muy fotogénicos, aunque están vallados, nosotros
tomamos las fotos des del otro lado de la valla. Seguimos por el
camino y de golpe nos encontramos rodeados de baobabs por todas
partes y nos dejamos llevar, yendo de un baobab a otro. Sin querer,
vamos a parar a la entrada de un jardín botánico, pero como hace
poco vimos el de Tulear, le damos la espalda y seguimos por nuestra
ruta de baobabs. Cuando ya estamos saciados, salimos a la carretera y
es cuando nos damos cuenta que hay una taquilla, donde deberíamos
haber comprado el tiquet para andar por esa zona. Pero como nosotros
entramos por otro sitio sin saberlo, eso que nos hemos ahorrado.
Volvemos a la playa, donde para nuestra agradable sorpresa, el agua
ya se encuentra en su lugar. Aparcamos las toallas y no dudamos en
zambullirnos y disfrutas del resto de la tarde del agua y el sol.
Tras la puesta de este, cena y ya en nuestro jardín del hotel,
descubrimos un espectacular cielo estrellado con su vía láctea
incluida. Lectura y a dormir! Ha sido un día muy provechoso.
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Reserva de baobabs |
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Os regalo esta imagen totalmente malgache. |
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Más baobabs |
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Barcos que vuelven a la costa después de un día de pesca |
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Puesta de sol en Mangily |
23/07:
Tras el desayuno en nuestra terraza, bajamos a la playa donde
nuevamente nos encontramos con que el agua no ha llegado, pero sí los
pescadores, que están recogiendo las redes desde la orilla que han
tirado al mar. Nos colocamos a su lado para observar la pesca que han
recogido, pero resulta ser muy pobre y los peces pequeños, aunque el
espectáculo es bastante pintoresco.
Por
la tarde por fin nos bañamos, y que bien nos sienta el mar, tanta
calor se hace insoportable.. Tras el baño la B.M y yo nos regalamos
un masaje de una hora en la playa, y me sienta de bien que incluso me
duermo por momentos.
Tras
el masaje y la puesta de sol nos recogemos en nuestra cabaña y
disfrutamos de la lectura y la vía láctea.
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Mi yogurt casero, que me tomo todas las mañanas |
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La BM, disfrutando de su masaje, con Marcelia
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Ahora, que yo disfruto más que ella. |
24/07:
Hoy me despierto con el estomago no muy fino, y la salida del hotel
lo retraso lo máximo posible, al final me veo medianamente seguro y
me decido a salir. Ayer la B.M reservo una embarcación para ir
hacer snorkel porque estamos en el quinto arrecife de coral más
grande del mundo. Pero nuestro gozo en un pozo, porque resulta que el
coral está muerto y bien muerto gracias a la pesca con dinamita de la
gente local, encontramos esporádicamente algún coral de color y lo
que no faltan son los peces, que aún no habiendo mucho coral los
hay de todas clases y colores.
Regresamos
tras un par de horas de snorkel y al llegar a la playa nos vemos que
un par de pescadores se llevan una tortuga marina de metro y medio de
largo, y el festejo de los pescadores, sus familiares y la gente del
alrededor contrasta con el sufrimiento y el miedo que desprenden los
ojos de la tortuga, nos vamos a comer apenados por la tortuga.
Por
la tarde nos bañamos en la playa hasta que desaparece el sol,
regresamos al hotel para ponernos guapos y nos colamos en un hotel a robar wifi y chatear con la familia. Y como no tenemos hambre
nos vamos al bar a compartir una Coca Cola de un litro. Tras tanta
fiesta sólo nos queda volver a nuestro aposento y descansar.
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Nuestra canoa, con la que salimos a hacer snorquel |
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Único esqueleto de ballena completo del oceano índico |
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Una coca-cola fresquita para terminar el día |
25
y 26/07: Días de relax y playa, instalados en nuestra rutina de
desayunar en el bungalow, pasar la mañana tumbados en la playa
(ahora ha cambiado el ritmo de la marea y por la mañana es cuando
tenemos más agua en la playa), comer en el mercado nuestro pescadito
con arroz o pulpo o calamar, aguantar a los vendedores que a todas
horas nos ofrecen de todo, pasear por la tarde a orillas del mar
mientras vemos las barcas llegar, leer bajo los cocoteros, ver la
puesta de sol y retirarnos a cenar y descansar.... Vamos en otra
ocasión al hotel para utilitzar el wifi, al pub del pueblo a
tomarnos una coca-cola.
Nos
encontramos con la italiana que hacía de guía para el grupo de
españoles en el tren de Manakara, ha venido porque tiene unos días
de vacaciones, y que mejor que venirse a la playa, comer pescado y
disfrutar del sol.
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