05:45h
suena el despertador, con los ojos medios cerrados terminamos de
hacer las mochilas. Justo cuando salimos por la puerta de la
habitación oímos llover, y no precisamente una lluvia suave, no nos
queda otra que ponernos los impermeables, pero la estación de buses
la tenemos a un kilómetro y medio con lo que tenemos garantizado
llegar empapados... y efectivamente así ocurre, como también sucede
que sólo llegar y comprar los billetes la lluvia desaparece.
Los
billetes que hemos comprado son hasta la reserva natural Ranomafana,
pero si hace mal tiempo seguiremos hasta Fianarantsoa, total el coste
es el mismo. No queremos hacer parada en la reserva si llueve, no
podríamos ver nada y sólo nos costaría tiempo y dinero.
El
conductor sigue las políticas del país, cuanto más rápido mejor,
pero se olvida de los pasajeros, que a la mayoría se nos ha cambiado
el color de la cara, estamos más blancos y pálidos que morenos o
rosados. Sólo nos da descanso cuando para en los muchos controles
policiales o en la parada marcada para comer.
Cuando
nos acercamos a la reserva el conductor nos pregunta si para o
continua, pero la lluvia, el cielo encapotado y la niebla hace que
decidamos por unanimidad que continue hasta Fianarantsoa. Pero la
conducción del conductor y la carretera bacheada y sin apenas rectas
hace que la B.M y yo estemos al borde de coger una bolsa de plástico
y vaciar nuestros estómagos... afortunadamente conseguimos llegar
sin hacer uso de la bolsita.
Una
vez puestos los dos pies en el suelo nos cargamos las mochilas y nos
alojamos en un hotel que esta a 200 metros de la estación de buses
con todos los servicios y más económico que la última vez.
Son
las 14:30h y ya estamos instalados, decidimos estirar las piernas
yendo a visitar la parte alta de la ciudad que es la única parte que
no hemos visto. Y que pena que no haberla visitado antes, porque
desde luego el rinconcito vale la pena, por no hablar de las vistas
que son sublimes. Antes que anochezca volvemos a nuestro hotel, pero
de camino cogemos lluvia, viento y frío, todos los ingredientes
necesarios para que la B.M empeore. Cuando pasamos por delante de la
estación de buses nos hacemos con los billetes para mañana ir a
Ranohira y echarle un ojo al Parque Nacional de Isalo.
Una
vez en la habitación volvemos a nuestra rutina y nos preparamos para
mañana.
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Nuestro bus de hoy |
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Parte alta de Fianantsoa |
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Parte alta Fianantsoa |
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Vistas des de la parte alta de la ciudad |
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La BM y las vistas |
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Tomándonos un café |
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Intentando sacarme de encima a todos los "estudiantes" |
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Parte alta. |
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