lunes, 11 de julio de 2016

10/07/2016 Manakara

A las 08:30h nos despertamos, se nota que estamos a nivel del mar, no nos ha hecho falta el saco de dormir porque no hace frií, aunque desde la cama podemos oír que la lluvia continua. Mientras yo me quedo en la habitación haciendo la colada, la B.M va a mirar si encuentra un alojamiento mejor que el actual, pero al final resulta que lo encontrado ayer es lo mejor, lo único que hacemos es cambiarnos a una habitación mejor, más amplia y más luminosa.
Salimos a la calle y lo primero que hacemos es buscar un puesto donde desayunar. Una vez llenado el depósito, empezamos nuestro treckking urbano.
La ciudad se encuentra en la costa este de Madagascar y por fin vemos el mar índico, aunque por las olas y el color del agua no nos apetece nada bañarnos. Aún así, la arena es blanca y esta llena de cocoteros, nos recuerda un poco a Filipinas, vemos a la gente pescar, pasear, los niños “torturando” a los animales y por la tarde el paseo marítimo se llena de gente y puestos ambulantes de cocos y pinchos de carne.
Paralelo al mar se encuentra el canal de Pangalés en la que vemos a pescadores desplazarse en piraguas entre un paisaje que nos recuerda al lago Inle de Birmania, aunque aquí los pescadores van sentados y reman con las manos.
Sobre las 16:30h dejamos la zona marítima y caminamos por el interior de la ciudad, volvemos a la estación de tren para verla de día, nos tomamos un café y cuando el sol desparece por el horizonte cenamos y con las ultimas luces del día volvemos al hotel para chatear un poco con la familia y actualizar el blog.

El resfriado de la B.M va a más y ahora se encuentra en su punto álgido.

Uno de los puentes que conecta con la otra parte de la ciudad, sin servicio

La B.M en la playa de Manakara

Barcos pescadores en la playa


Aldea de pescadores



Lugareños pescando


La B.M haciendo de las suyas

Puestos de venta de cocos

La B.M comiendo un par de pinchos

Vistas de dia de la estación de tren


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