domingo, 19 de junio de 2011

08-06-2011 La gota que colma el vaso

A primera hora nos dirigimos al centro con media estrategia planificada, pase lo que pase no queremos romper la relación con ellos ya que si lo hiciéramos no podremos continuar trabajando con los niños. Pero también tenemos claro que no vamos a ayudar en ningún aspecto a que consigan mas dinero.

Lo primero que hacemos es pasarnos por las nuevas tierras, que es donde por supuesto se encuentran la directora y el subdirector. Solo vernos llegar la directora prepara 4 sillas (vienen curvas, y parece que son de las buenas) “Somos los primeros en dispara” les preguntamos que sucedió ayer con los alemanes, nos responden que se sintieron muy ofendidos, ultrajados e insultados porque los alemanes les habían llamado mentirosos y no creían en sus palabras. Acusan directamente a la BM de ser la causante de la situación al haber explicado “equivocadamente” que los australianos pagaban por la comida. Al decirle nosotros que estábamos presentes en el momento que los australianos fijaron el presupuesto para la comida y se organizaron los turnos para ir al mercado, ellos responden que se trata de un gran malentendido, y que ese dinero no era para comprar “food” (comida) sino “fruit” (fruta). Pese que Angie y Tomas les llamaron mentirosos por otras muchas razones ( por ejemplo, que el subdirector les explico que no podía ir a la universidad por falta de dinero y les pidió que le ayudara, cuando en realidad esta haciendo las practicas para terminar la carrera, o que en la pagina web explican que enseñan a las niñas a coser a maquina, pero en todos los días que han estado yendo al centro, las maquinas han permanecido cubiertas por 3 cm de polvo que delatan el nulo uso que se hacen de ellas).

La directora y el subdirector siguen intentando hacernos creer que todo es un malentendido: El subdirector nunca dijo nada que le pagasen la carrera, sino que se referia a un master. Las ninyas no pueden coser porque ahora estan ocupadas con el traslado... Es estupido que nos intenten hacer creer esto cuando llevamos mas de un mes en el orfanato y nunca ha habido clase de costura, pero por ser fieles a nuestra estrategia hacemos ver que nos “creemos” que todo es fruto de un mal ententido.

Cuando las aguas vuelven a su cauce y el ambiente es relajado, aprovechamos un momento que la directora no esta presente y la BM le lanza el ultimo dardo y le pregunta abiertamente que ha pasado con los ladrillos del suelo que Cris pago e instalo en las habitaciones de los niños. No sabemos si es que la discusión previa le a dejado sin inventiva o porque tiene ganas de confesar va y nos suelta que los ladrillos se los a llevado la directora a unas tierras de las cuales es propietaria y los a usado para construirse un “refugio”. Se nos desencajan los ojos y las mandíbulas: o sea, que el orfanato no tiene tierras pero la directora a ahorrado lo suficiente para asegurarse unas para ella y no contenta con esto ha vuelto a dejar a los niños en plena temporada de lluvias sin suelo( lo cual significa que las habitaciones tienen un palmo de agua) para hacerse ella un “refugio” y asegurarse su jubilación.

Tengo que recurrir a todas las técnicas de relajación que conozco y concentrarme en otra cosa que no sea “matarlos”. Finalizamos la reunión tan rápido como podemos con la cara de poker que he aprendido de mi suegro y una vez fuera de las nuevas tierras y camino del orfanato continuamos creyendo que estamos en una pesadilla.

Llegamos tarde para darles la clase de español, así que jugamos con ellos, comemos y mientras ellos hacen la siesta la BM y yo estrujamos nuestros cerebros buscando la manera de dejar el orfanato pero dejando la puerta abierta para seguir visitando a los niños. El subdirector pone fin a nuestros pensamientos, entregándonos una carta en la cual nos comunica que la directora desea interrumpir nuestro voluntariado porque en la hora de la clase de español va hacer clases de costura. La excusa no tiene ni pies ni cabeza ya que las clases solo son dos de las doce horas que pasamos en el orfanato cada día, pero nos viene muy bien para dejar el orfanato y poder seguir viendo a los niños. Así que contentos con la situación pero necesitando un poco de espacio informamos al subdirector que volveremos mas tarde para explicarles a los niños el fin de nuestro voluntariado, a lo que el no pone reparos.

Una vez en el centro de Siem Reap nos encontramos por casualidad con Cris y mientras tomamos algo le explicamos lo sucedido. Si éramos pocos, parió la abuela, ya que Chris nos desvela otro de los misterios del orfanato: los dos pequeños, tal y como sospechábamos, son hijos de la cocinera y su marido, que es ni más ni menos que el hijo de la directora!!!!! Ahora entendemos porque la suya es la única habitación que conserva los ladrillos que Chris compró…….

Por mala suerte para nosotros, empieza a caer la gran tormenta que dura pasadas las 21h y nos impide volver al orfanato para hablar con los niños, dejando la visita para mañana.

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