A las 07h de la mañana estamos en el orfanato, porque ayer nos pidieron si podíamos acompañarles a un poblado, pero aun no sabemos para que. Como ayer mismo también nos enteramos de que habían expulsado a dos de los huérfanos (que al final ha resultado que no son huérfanos y que se han vuelto a vivir con su familia) por mala conducta y porque los niños nos dicen que el poblado al que nos van a llevar es el poblado donde viven los dos expulsados, decidimos acompañarles con la esperanza de poder ver a los dos hermanos y despedirnos de ellos por nuestra parte y por parte del resto de los niños, que tampoco sabían nada de la expulsión hasta que han “desaparecido”.
Por descontado, no salimos del orfanato hasta las 08h, estamos en Camboya y aquí son unos fieles seguidores de Einstein, el cual dijo un buen día: “El tiempo es relativo”, máxima que no relativizan.
Antes de subirnos al taxi con aire acondicionado que han contratado para la “mision”, ponemos 9 paquetes en el maletero, por lo que nos cuentan es para unos niños huérfanos del poblado. Los paquetes contienen mosquiteras, ropas, zapatillas, comida, etc... El trayecto hasta la escuela del pueblo se nos hace corto y confortable.
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| Escuela rural donde hacemos las "donaciones" |
En la escuela no hay nadie, por lo visto somos los primeros en llegar y tras una hora de espera empieza a llegar los interesados y los espectadores. A partir de este punto no entendemos nada de nada, nos parece todo surrealista y lo que es peor, nos sentimos como si fuésemos el demonio. Todo son gritos, gesticulaciones, desplantes corporales y una mujer llorando... El subdirector no nos quiere traducir si antes no lo autoriza la mujer, y el conductor del taxi que es el único que habla ingles nos explica lo siguiente:”Parece ser que la pareja que se lamenta y llora son los padres de dos de nuestras huérfanas, que en el momento que llevaron a sus hijos al orfanato firmaron algún tipo de documento, según el cual no podrían recuperarlos por un periodo de dos años”.
Cuando cesan los gritos, el ambiente queda enrarecido, y si todo esto nos a parecido surrealista la entrega de los paquetes a los niños huérfanos, no se queda atrás.
A cada niño se le entrega un paquete. La entrega es un momento muy especial porque cada vez que entregamos un paquete, nos hacemos una foto en la que aparecemos el huérfano, la directora, la BM y yo, haciendo entrega del mismo, como si fuese una entrega de Oscars, mientras los niños ponen cara de circunstancia y de no entender nada de nada.
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| Entrega de paquetes a los huerfanos |
Sobre las 12h, termina todo este mal trago, y seguimos sin entender porque querían que les acompañásemos. De regreso al orfanato y con mi estomago convertido en un agujero negro a punto de engullirme, paramos en el mercado que se encuentra a 2 manzanas del orfanato, por lo visto la mujer no ha tenido suficiente con el extra del taxi sino que también quiere comer fuera, y hay que ver como cambia la cosa, en el orfanato un plato de arroz con verduras y alguna vez con suerte un trozo de carne o pescado, en cambio hoy si no se fuma un puro es porque no los venden... El subdirector y el hijo de la directora no se quedan mancos, y si en algún momento estoy a punto de salir de mi asombro el conductor del taxi que también esta invitado come como el que mas. Yo por mi parte sigo con mi dieta diaria.
Sobre las 14h llegamos al orfanato y con el calor que hace y la comida que se han tomado no es de extrañar que se tumben en la hamaca hacer la digestión.
El resto del día transcurre con normalidad: vuelta al orfanato y pasar el rato con nuestros niños.
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| La BM con Menglee y Kimlong |
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| La BM dando clase |
Aunque la BM y yo tenemos un moscardón detrás de la oreja....
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